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María Magdalena
                     María Magdalena



 Antes de hablar concretamente quien fue esta mujer biblica, veremos como la describe el escrito del Codigo de da vinci Brown.

Según Brown, era una mujer judía de la tribu de Benjamín, que se casó con Jesús y dio a luz a su hijo. Jesús trató de dejar a la Iglesia en sus manos; esa Iglesia iba a devolver la «deidad femenina» a la vida humana.

Despues de la cruxificion de Jesús, María Magdalena escapa a una comunidad judia, donde ella y su hija "sahara" encontraron la calma y refugio.
Al enterarse de la existencia de descendencia divina, es decir, de Jesús. Su vientre fue considerado como el santo grial. Despues de muerta sus huesos fueron enterrados bajo la piramide que se encuentra en
entrada del Louvre.
Fue acompañada y protegida durante toda la historia bajo sectas religiosas como los Templarios, el Priorato de Sion, etc. Que fueron escondiendo las reliquias y su descendencia entre los humanos. Tambien la veneraban con cultos, como Diosa y Madre divina.

¿De donde sacaron tanta informacion? ¡siendo tan poca la entregada por la Iglesia y sus escritos?

Todo bajo los estudios de Teabing, un personaje en la novela que dedica su vida por completo al estudio del santo grial.
Cuando Teabing muestra su biblioteca alardeando: «La descendencia real de Jesucristo la han documentado exhaustivamente muchos historiadores».

Y cita La Revelación de los Templarios y El enigma sagrado –dos obras de pedante pseudo-historia y teoría conspiratoria–, The Goddess in the Gospels  y The Woman With the Alabaster Jar, de Margaret Starbird, quien, entre otros medios, emplea la numerología –la suma de los números de su nombre– para llegar a la conclusión de que María Magdalena fue venerada como diosa en la primitiva cristiandad: «Ellos conocían la «teología de los
números» del mundo helénico, codificados en el Antiguo Testamento y basados en el antiguo canon de la geometría sagrada derivada de los pitagóricos desde años atrás... No era accidental que María Magdalena llevara los números que los cultos de la época identificaron como la 'Diosa de los Evangelios'».

Pero si la consideraban como una diosa, ¿por qué no lo difundieron? ¿Por qué fastidiar con  Jesús crucificado-resucitado, cuando podían dar culto a la Magdalena, si era lo que deseaban hacer? No es como si hubiera alguna censura política, social o cultural hacia los que deseaban dar culto a una diosa. Seguramente no serían arrestados, encarcelados y ejecutados por profesar una fe centrada en otra persona que permanecerá sin nombre y que, supuestamente no recibirá culto hasta el siglo IV.

Analicemos las afirmaciones de El Código Da Vinci, recordemos la importancia de comprobar sus fuentes.

Estas son las básicas en relación con María Magdalena:

-María Magdalena como esposa de Jesús y madre de su hijo y el verdadero «Santo Grial»: El enigma sagrado y La revelación de los Templarios.
-María Magdalena como diosa, como origen del «sagrado femenino»: un trabajo de Margaret Starbird.
-María Magdalena como líder designada de la primitiva cristiandad: una variada serie de eruditos contemporáneos que trabajan sobre textos gnósticos.

Antes de entrar en detalles sobre esos puntos, conviene parar, olvidar las especulaciones, y volver al lugar donde por primera vez oímos hablar de María Magdalena.

 ¿Quién fue María Magdalena?

María Magdalena es una figura histórica. En los Evangelios aparece con su nombre y. junto a otras mujeres, desempeña un papel muy importante en relación con la Pasión y Resurrección de Jesús.
Solamente un Evangelio la menciona fuera de los últimos días de Jesús. Se trata de Lucas, que nos habla de la predicación de Jesús y su proclamación de la Buena Nueva en compañía de sus Doce Apóstoles:

 «... y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, administrador de Herodes. Esas mujeres, galileas según parece, deciden compartir el destino de Jesús, le ayudan de un modo práctico, como proporcionándole alimento y, quizá, incluso dinero, y Susana y otras muchas que le servían con sus bienes».

«Magdalena» no es el apodo de María: en aquella época no existían los apodos. Se identificaba a las
personas por su relación con el padre o con el lugar de nacimiento. La mayoría de los expertos creen que
Magdalena significa «de Magdala», una ciudad en la orilla occidental del Mar de Galilea.

También veamos el final de los Evangelios, donde cada uno de ellos se la describe asistiendo a la crucifixión y a la sepultura de Jesús, y volviendo a la tumba en la mañana de Pascua para ungirle el cuerpo. Donde según los cuatro Evangelios, Maria recibe la Buena Noticia, primero de un ángel. Y luego, del mismo Jesús, que no solo se aparece a María y a las otras mujeres, sino que además, les dice que no teman, y las envía a dar a conocer la Buena Noticia a los apóstoles.

Siendo María Magdalena fue una de las primeras evangelizadoras o como el cristianismo oriental la ha
llamado durante largo tiempo, la «igual-a-los-apóstoles», por haberles anunciado la Buena Noticia de que Jesús había resucitado.

 Entonces, ¿qué sucedió?


Tomemos en cuenta un punto muy importante que podemos estar dejando de lado en las escasas ocasiones en que se la menciona: ¿No fue una prostituta arrepentida?

Esto adquiere gran importancia en El Código Da Vinci, que a menudo se refiere a la identificación de María Magdalena con una prostituta como parte de una maliciosa conjura tramada por la Iglesia para hacer frente a cualquier sospecha, o incluso (se dice) evidencia histórica, del liderazgo de María Magdalena en el cristianismo primitivo.

 Veamos dos puntos: en primer lugar que la asociación de María Magdalena con la prostitución se extendió durante siglos en el cristianismo occidental. Sin embargo, no hay pruebas de que se hiciera como afirman Brown y sus fuentes por maldad o por temor a la autoridad femenina.

En los Evangelios aparecen varias Marías así como otras mujeres destacadas aunque sin nombre. Los
estudiosos de las Escrituras han confundido a cualquiera de ellas o se han preguntado por los motivos de asociar a la María mencionada en un lugar determinado con la María mencionada en otro.

Esto es exactamente lo que sucedió en la Iglesia occidental que hasta comienzos de la Edad Media y hasta la reforma del calendario litúrgico en 1969, celebraba el día de María Magdalena el 22 de julio en recuerdo de las tres mujeres de cada uno de los relatos del Evangelio.
Sin embargo, la Iglesia Ortodoxa oriental no reunió a las tres mujeres, pues las consideró siempre tres personas distintas. La Iglesia Ortodoxa honra especialmente a María Magdalena, calificándola de «la portadora de mirra» y  de «igual-a-los-apóstoles».

Ahora importantisimo es ver que Brown insinúa repetidamente que María Magdalena fue marginada y
demonizada por el cristianismo tradicional, que la pintó, dice, como una mujer libertina, una prostituta, etc., con el propósito, se supone, de rebajar su importancia.
Como mucho de lo que encontramos en Brown, esto no solo es falso... es sencillamente una insensatez.
El cristianismo, tanto oriental como occidental, ha honrado a María Magdalena como santa.

Una santa. Los cristianos han puesto su nombre a iglesias, han rezado ante la supuesta tumba donde
reposan sus reliquias y le atribuyen milagros.

En cuanto al tema de la prostitución, incluso quienes relacionan a María Magdalena con «la mujer que era una pecadora» de Lucas 7, no ahondan en sus culpas. El cristianismo no hace hincapié en el pecado tras el arrepentimiento. Ese es el resultado de la fe en Jesús. No; María Magdalena, como lo atestigua la leyenda sobre ella, es recordada esencialmente por su papel como testigo de la resurrección de Jesús.

Antes del Renacimiento, las imágenes de María Magdalena eran bastante serenas. Solo a partir de entonces nos la encontramos como una arrepentida, desaliñada, medio desnuda y con el cabello suelto. Los artistas del Renacimiento mostraban un interés creciente por una presentación más naturalista de la forma humana, y por una integración más explícita de las emociones en las representaciones artísticas. Esas imágenes de María Magdalena tienen más que ver con intereses artísticos que con el modo en que la Iglesia cristiana hablaba de ella.

Así es como finalmente descubrimo que la verdad es mucho más interesante y más apasionante que
cualquiera de las fantasías de El Código Da Vinci.
 





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